Crece cada año el número de mujeres autónomas en España: sectores y CCAA donde más emprenden

1. Nuevo "retrato robot" del emprendimiento en 2025: cada vez más formado, utiliza IA y monta su negocio a solas
2. Los autónomos que trabajan en casa también pueden deducirse algunos gastos: estos son los habituales

El emprendimiento femenino ha avanzado en España durante el último año y el peso de las autónomos en el colectivo de trabajadores por cuenta propia es cada vez mayor.

 Las cifras más recientes muestran que la participación de mujeres en nuevas iniciativas empresariales ha pasado del 12% en 2024 al 17% en 2025.  A pesar del aumento, el porcentaje todavía es reducido por ciertas barreras como la conciliación o la falta de financiación, aseguran los expertos.

En esa misma línea, el Mapa del Emprendimiento 2025, presentado por South Summit, confirma que las mujeres siguen enfrentándose a mayores dificultades para poner en marcha sus proyectos. La brecha aparece en todas las etapas: desde la captación de financiación hasta el acceso a redes de apoyo, pasando por la existencia de sectores aún dominados por el género masculino donde es complicado consolidarse.

A pesar de todo ello, el peso de las mujeres es cada vez mayor en el colectivo. Según el Informe de la Mujer Autónoma 2025 elaborado por ATA, las mujeres representan ahora mismo el 36,9% del total de los trabajadores por cuenta propia de nuestro país, y además, más de la mitad de las nuevas altas el pasado 2024 fueron de mujeres.

Aunque la media global de mujeres que deciden emprender es más elevada, lo cierto es que ese 36,9% de mujeres autónomas está por encima de la media europea, que supone un total del 34%.

Radiografía de la mujer emprendedora: la mayoría lanzan negocios digitales 

Este mismo Mapa del Emprendimiento 2025 revela una tendencia positiva y clara: cada vez más mujeres deciden emprender. En un año, el emprendimiento femenino ha aumentado cinco puntos, lo que supone el mayor avance registrado en la última década.

La presencia de emprendedoras crece, sobre todo, en fases iniciales, de ahí que haya más altas en el RETA, y también, según los datos, en proyectos vinculados a sectores digitales.

Sin embargo, sólo una pequeña parte de los negocios liderados por mujeres llega a fases de crecimiento o internacionalización. La presencia femenina en startups innovadoras continúa siendo minoritaria y los equipos mixtos son todavía una excepción en sectores como la tecnología, la inteligencia artificial o las ciencias de la salud. 

Por otra parte, si atendemos al reparto de mujeres que trabajan por cuenta propia por comunidades autónomas de nuestro país, también hay algunas diferencias: hay cuatro comunidades que han perdido autónomas en la última década, y son Asturias, donde el número de mujeres autónomas ha descendido un 8,5%, Galicia, con una caída de un 8,7%, Ceuta, que ha bajado un 7,1% y Castilla y León, con un 3,3%.

En el lado opuesto, Canarias destaca con un aumento del 36,5% de mujeres que trabajan por cuenta propia, y Andalucía y Madrid crecen cerca del 29%. 

Las barreras que frenan el emprendimiento femenino: financiación, conciliación o falta de referentes

Candelaria Carrera, coordinadora del Área de Mujer de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), en varias ocasiones que las emprendedoras se enfrentan a barreras que van más allá de la motivación o el talento. Bajo su punto de vista, muchos proyectos femeninos no logran despegar por una combinación de obstáculos estructurales: desde un acceso limitado a capital hasta la dificultad de compatibilizar el emprendimiento con las responsabilidades familiares.

Y aún con eso, las mujeres han sido esenciales para sostener el colectivo de autónomos en los últimos años. Porque han triplicado el número de altas con respecto al de los hombres en los últimos 10 años. Y porque las mujeres autónomas han sido un ejemplo de resiliencia, de innovación y adaptación, y enfrentan desafíos adicionales en un entorno donde hace falta implementar políticas públicas que ayuden a eliminar barreras para alcanzar una igualdad real, según señala Carrera.

La financiación es uno de los principales escollos. Muchas inversoras y emprendedoras relatan que los métodos tradicionales —créditos bancarios ,o líneas de financiación habituales— no se adaptan fácilmente a negocios emergentes liderados por mujeres. Por eso, es destacable la necesidad de promover programas específicos que apoyen la inversión en iniciativas femeninas y que faciliten el acceso a capital semilla.

Otro punto destacable es la importancia del acompañamiento y las redes. Para muchas emprendedoras, tener a alguien que las guíe —mentoras, otras fundadoras, asociaciones— marca una gran diferencia. La falta de referentes, en ese sentido, sigue siendo un problema: sin modelos visibles y accesibles, muchas mujeres pueden dudar antes de dar el salto o renunciar a sus ideas cuando el camino se complica.

Además, en el Mapa del Emprendimiento 2025 se advierte de que la conciliación laboral y personal pesa más en los proyectos dirigidos por mujeres. La doble carga —empresa y hogar, familia y negocio— prolonga los tiempos de desarrollo de las startups. Y esa realidad no siempre se reconoce adecuadamente en los apoyos públicos o privados, lo que limita significativamente el crecimiento.

Por ello, si bien los datos son motivo de celebración, no pueden seguir dependiendo única y exclusivamente de la resistencia de las mujeres autónomas. Es importante garantizar que el desarrollo del emprendimiento femenino en España tenga cada vez menos barreras, y así no sólo supere la media de emprendimiento en Europa, sino que ese emprendimiento no sea una experiencia tan complicada.