ATA Canarias aporta claves para adaptar tareas y cuidar de trabajadores vulnerables en pequeños negocios

Muchos autónomos canarios conviven con situaciones en las que un trabajador requiere medidas preventivas adicionales, porque ciertos riesgos pueden afectarle más que a otros. Estas circunstancias pueden darse en comercios, talleres, hostelería o servicios, en donde las tareas exigen esfuerzos físicos, exposición a agentes o ritmos de trabajo que no todos pueden soportar de la misma manera.

Y la falta de criterios claros para actuar genera dudas y provoca que algunos profesionales no sepan cuándo deben adaptar un puesto o qué obligaciones legales tienen. De ahí que la Asociación de Trabajadores Autónomos de Canarias (ATA Canarias), junto con la Consejería de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias, haya elaborado materiales específicos para ayudar a resolver estas situaciones y conocer los principales riesgos y medidas preventivas en sectores prioritarios.

El objetivo es que los autónomos comprendan quién puede considerarse trabajador especialmente sensible, cómo deben evaluarse los riesgos y qué medidas deben adoptarse para garantizar la seguridad sin incurrir en discriminaciones. Las guías y vídeos del proyecto explican de manera accesible los pasos que deben seguirse cuando una persona tiene una limitación temporal o permanente.

La casuística incluye ejemplos tan variados como embarazadas, personas con discapacidad, trabajadores con enfermedades crónicas o empleados con necesidades ergonómicas específicas. La normativa obliga a proteger a estas personas de forma especial y a adaptar las condiciones de trabajo cuando sea necesario. Esta adaptación no puede improvisarse y requiere una evaluación individualizada del puesto que permita identificar riesgos concretos y definir medidas proporcionadas.

La protección de trabajadores sensibles exige identificar riesgos y adaptar tareas

Los materiales elaborados por ATA Canarias dentro del proyecto de prevención de riesgos laborales explican que se considera trabajador especialmente sensible a quien presenta una mayor vulnerabilidad frente a ciertos riesgos laborales por motivos personales, físicos, psíquicos o biológicos.

Esto incluye situaciones permanentes, como discapacidades, y también situaciones temporales, como el embarazo o determinadas enfermedades. Para identificar correctamente estos casos, la empresa debe apoyarse en la información procedente de la vigilancia de la salud, la comunicación del propio trabajador o informes médicos oficiales.

La normativa establece que el empresario debe evitar que estas personas realicen tareas que puedan suponer un peligro para ellas o para terceros. También debe adaptar las condiciones de trabajo teniendo en cuenta las recomendaciones del servicio de prevención y garantizando la confidencialidad de la información médica.

Estas medidas pueden ser organizativas, técnicas o personales, y siempre deben priorizar la eliminación del riesgo en el origen, antes de recurrir a equipos de protección o cambios más restrictivos.

El proceso comienza con una evaluación individualizada de cada puesto

El proceso comienza con una evaluación individualizada del puesto, en la que se analizan las tareas críticas, la exposición a agentes físicos, químicos o biológicos y las exigencias ergonómicas o psicosociales.

Esta valoración debe determinar si el trabajador puede continuar en su puesto sin cambios, si requiere adaptaciones concretas o si necesita un traslado temporal a otro puesto compatible. La documentación del proceso, así como su revisión periódica resulta esencial para asegurar su eficacia.

Los materiales del programa insisten en que la identificación y adaptación deben hacerse con respeto a la intimidad del trabajador y sin generar discriminaciones. La empresa debe fomentar un entorno de confianza para que el trabajador pueda comunicar sus necesidades sin temor a represalias.

Este principio es especialmente importante en negocios pequeños, en los que ,la cercanía puede facilitar el diálogo, pero también aumentar la sensación de exposición personal para la persona afectada.

Las medidas prácticas permiten adaptar el puesto sin afectar al negocio

Las medidas preventivas pueden incluir modificaciones en herramientas, equipos o mobiliario para mejorar la ergonomía, así como cambios en los horarios, pausas o ritmos de trabajo. En ocasiones, una simple redistribución de tareas bastará para evitar esfuerzos físicos innecesarios que resulten perjudiciales. Otras veces será necesario reducir la exposición a agentes químicos, mejorar la ventilación o ajustar las condiciones ambientales del entorno de trabajo.

El embarazo y la lactancia constituyen uno de los supuestos más comunes de sensibilidad. Los recursos publicados por ATA Canarias detallan que deben revisarse riesgos como esfuerzos físicos, posturas forzadas, manipulación de cargas o exposición a determinadas sustancias. Si no es posible eliminar el riesgo mediante una adaptación de las condiciones, la normativa prevé el traslado temporal a un puesto compatible o, como último recurso, la suspensión del contrato por riesgo durante el embarazo.

En trabajadores con discapacidad o enfermedad crónica, las adaptaciones pueden incluir herramientas tecnológicas, ajustes ergonómicos o flexibilidad organizativa. El objetivo es que puedan desempeñar su trabajo en condiciones de seguridad y salud, sin afectar a su categoría profesional ni a sus derechos laborales. Estas medidas deben ser razonables y proporcionadas, considerando las capacidades del trabajador afectado y la operatividad del negocio.

Los riesgos psicosociales también forman parte del ámbito de protección. Situaciones como estrés, ansiedad o sobrecarga pueden tener un impacto mayor en personas especialmente sensibles. Las medidas preventivas pueden incluir la revisión de cargas de trabajo, la mejora de la comunicación entre empleados y mandos intermedios o la aplicación de políticas internas de bienestar y conciliación.

La actuación ante un caso requiere pasos claros y una revisión continua

Los materiales formativos del proyecto establecen un procedimiento claro para actuar ante una situación de especial sensibilidad. La primera fase consiste en comunicar la situación al servicio de prevención, que evaluará al trabajador desde un punto de vista médico y técnico. A partir de esta valoración conjunta se determinarán las adaptaciones necesarias o la conveniencia de un traslado temporal.

El proceso comienza con una evaluación individualizada de cada puesto.

Una vez definidas las medidas, el autónomo empresario debe implantarlas en el menor plazo posible. Estas pueden incluir ajustes ergonómicos, reducción de determinadas tareas, reorganización de horarios o reubicación en otro puesto. Es fundamental revisar periódicamente la eficacia de estas actuaciones y modificarlas si cambian las condiciones de trabajo o el estado de salud del trabajador.

El seguimiento puede incluir inspecciones del puesto, entrevistas con la persona afectada o reuniones con el servicio de prevención. La empresa también debe asegurarse de que todo el personal implicado reciba formación adecuada sobre prevención en trabajadores sensibles. La sensibilización ayuda a evitar estigmatizaciones y a crear un entorno más seguro y colaborativo dentro del negocio.

La formación específica permite a los autónomos comprender conceptos como sensibilidad laboral, detección temprana de riesgos y medidas de adaptación. ATA Canarias recoge en sus materiales ejemplos prácticos para negocios pequeños, en los que la reorganización de tareas y la gestión del tiempo suelen ser claves para evitar exposiciones peligrosas a determinadas condiciones. Los contenidos también incluyen estrategias para prevenir situaciones de discriminación o acoso relacionadas con la condición del trabajador.

Recursos gratuitos para autónomos de Canarias

En el marco del proyecto Realización de Actividades en el ámbito de Prevención de Riesgos Laborales, ATA Canarias y la Consejería de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias han creado vídeos, guías e infografías específicas para ayudar a los autónomos a gestionar estos casos.

Estos materiales explican cómo identificar trabajadores sensibles, cómo evaluar riesgos individuales y qué tipo de adaptaciones son adecuadas en cada situación.

Los autónomos que necesiten información adicional o asesoramiento pueden consultar los recursos disponibles en la página web de ATA o llamando al teléfono gratuito 900903775, en el que recibirán apoyo para resolver dudas sobre prevención y adaptación de puestos de trabajo en situaciones de especial sensibilidad laboral.