Las pymes denuncian la burocracia europea: 6.000 euros y 3 meses de trámites para vender en otros países
- El comercio digital va más rápido que la legislación
- Europa tampoco lo pone fácil: los obstáculos fiscales y administrativos son un lastre
- Hacia un marco más simple y homogéneo, que vite duplicidades
Parece un sinsentido que, en pleno siglo XXI, abrir un nuevo mercado dentro de la Unión Europea siga siendo un proceso tan complejo para una pyme; puede suponer hasta tres meses de trámites y miles de euros en gastos.
Y es que, mientras el comercio electrónico avanza con enorme rapidez, la normativa comunitaria continúa arrastrando una lentitud que obliga a los autónomos al frente de pequeñas empresas a multiplicar gestiones y costes. En la práctica, vender en otro país europeo puede suponer meses de trámites y miles de euros en asesorías; un obstáculo que está dejando a las micropymes fuera de la expansión internacional.
Precisamente, dos pymes españolas que operan en el entorno digital, Aeioubaby y Fetén, han participado recientemente en sendos encuentros con responsables públicos nacionales y europeos para trasladarles esa preocupación. Lo han hecho con un objetivo común: pedir una administración más ágil y un marco normativo adaptado a la realidad del comercio digital. Las empresas, que venden en línea en distintos mercados europeos, aseguran que el crecimiento no depende ya del producto o la demanda, sino de la capacidad para superar el papeleo.
Los encuentros contaron con el apoyo organizativo de Amazon, cuya plataforma de comercio electrónico reúne a miles de pymes europeas. Pues bien, el gigante del ecommerce ha impulsado tanto la reunión con la Comisión de Economía del Congreso como el debate celebrado en el Parlamento Europeo. La intención no fue reivindicativa, sino práctica: demostrar con ejemplos concretos cómo las trabas administrativas y fiscales siguen siendo un freno para los pequeños negocios digitales.
El comercio digital va más rápido que la legislación
Margarita López Velázquez, directora general de la startup de juguetes educativos y productos para bebés y niños Aeioubaby, explicó a este diario que el propósito de su participación fue “trasladar de manera constructiva las necesidades de las pymes a los representantes públicos y abrir un diálogo realista sobre cómo reducir cargas burocráticas que afectan a nuestra competitividad”.
Subrayó que las prioridades son la digitalización de los procesos administrativos y la simplificación de trámites, “porque la agilidad aporta seguridad, ahorro de tiempo y permite centrarse en generar valor y empleo”.
Esta joven empresaria detalla que, para una pyme, los retrasos y la duplicidad de requisitos tienen un efecto directo sobre la toma de decisiones y la competitividad. “Se traducen en tiempos de respuesta lentos que condicionan la agilidad que requieren los negocios actuales, y limitan nuestra capacidad de ser más competitivos a nivel nacional e internacional”.
A su juicio, las soluciones pasan por un acceso más sencillo a financiación, incentivos fiscales vinculados a la innovación y formación especializada en comercio digital.
La carta que las pymes presentaron a los representantes políticos nacionales incluía un decálogo de recomendaciones para favorecer su desarrollo. Entre ellas, destaca la necesidad de mantener programas como el Kit Digital, avanzar hacia trámites 100% digitales y mejorar el acceso a ayudas específicas para la inversión tecnológica.
Tras aquella reunión, asegura López Velázquez, se han mantenido contactos con miembros del Gobierno, que, según ella, “mostraron disposición a estudiar propuestas concretas” y abrir una línea de trabajo que permita medir resultados tangibles.
La pyme insiste en que el objetivo no es reclamar subvenciones, sino lograr un entorno regulatorio que reconozca la dimensión y los recursos reales de los pequeños negocios. Según López Velázquez, las medidas más efectivas serían préstamos en condiciones ventajosas, incentivos fiscales y programas que faciliten la contratación de talento cualificado. Con ello, dice, las pequeñas empresas podrían crecer de forma sostenible y generar más empleo en el ámbito digital.
Europa tampoco lo pone fácil: los obstáculos fiscales y administrativos son un lastre
En el plano europeo, Eduardo López-Villalta, cofundador de la startup dedicada a la cosmética masculina Fetén, participó en un encuentro organizado también por Amazon, esta vez con eurodiputados, junto a otra decena de pymes continentales, para trasladarles un mensaje similar. Su empresa vende en varios países de la Unión Europea y se enfrenta, cada vez que abre un nuevo mercado, a lo que define como “una enorme complejidad regulatoria y operativa”. Explica que las normas del mercado único “no se traducen en una realidad práctica”, y que los obstáculos fiscales y administrativos suponen un lastre que ralentiza el crecimiento.
Para Fetén, la reforma más urgente sería la creación de un número único de identificación fiscal válido para toda la UE. “Abrir un nuevo país implica semanas o meses de trámites fiscales, coordinación con asesores locales y un coste recurrente significativo por gestión de IVA en cada mercado”, afirmó López-Villalta a este diario. Este emprendedor reclama también una ventanilla única para cumplir con la responsabilidad ampliada del productor, porque hoy “cada país aplica requisitos distintos con sistemas no interoperables”.
Este emprendedor calcula que cada nueva expansión puede costar entre 3.000 y 6.000 euros anuales en asesoría fiscal y cumplimiento, además de entre uno y tres meses de retraso hasta poder operar plenamente. A esto se añaden gastos de etiquetado, traducciones y registros, que elevan la factura en varios miles de euros adicionales por mercado. Con un sistema armonizado, asegura, esos costes podrían reducirse entre un 60% y un 70%, y los plazos acortarse de meses a semanas.
López-Villalta considera que el éxito del mercado único debería medirse con indicadores concretos: el tiempo que se tarda en obtener un número de IVA, el coste anual del cumplimiento normativo o el número de países en los que una pyme puede operar sin duplicar estructuras. Añadió que Europa necesita “una estructura regulatoria tan ágil como la de sus competidores globales” para no quedar rezagada frente a otras potencias digitales.
Hacia un marco más simple y homogéneo, que vite duplicidades
El mensaje común de ambas pymes, que actuaban en representación de miles de pymes y micropymes que venden en Amazon, es claro: las pymes digitales están preparadas para crecer, pero necesitan menos obstáculos.
En España, piden digitalización y agilidad administrativa; en Europa, una armonización real que elimine duplicidades. En ambos casos, el comercio electrónico avanza más rápido que las normas que deberían facilitarlo. La burocracia, advierten, no solo resta competitividad, sino que también desvía recursos que podrían destinarse a innovación, empleo y expansión internacional.
Los testimonios de Aeioubaby y Fetén resumen el sentir de muchas pequeñas empresas que operan en plataformas de venta online: mientras el mercado se globaliza, la legislación sigue fragmentada. Para competir con países más dinámicos, coinciden, Europa y España necesitan pasar de los discursos a los hechos y construir un marco verdaderamente común para quienes venden sin fronteras.
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